En una empresa, el espacio determina el modo de trabajo y cómo se interrelacionan los empleados. ¿Por qué no hacer lo mismo en un colegio desde pequeños? En Alegra damos mucha importancia a la disposición de las aulas, todo en el colegio está pensado para fomentar el trabajo colaborativo. Sí. Incluso las mesas. ¿Por qué? ¿Cómo ayuda a las alumnas de Alegra el desarrollar esta habilidad? ¿Qué importancia tiene en nuestras aulas?
El trabajo y aprendizaje colaborativo responde a la necesidad de formar a las alumnas y prepararlas para un mundo que cada vez demanda más de ellas. En el ecosistema universitario y en mercado laboral, por ejemplo, se buscan cada vez más candidatos que demuestren tener capacidades “blandas”, aquellas como capacidad de decisión, flexibilidad y resolución de problemas, capacidad de liderazgo y trabajo en equipo, entre otras. Estas competencias se desarrollan mucho mejor en la medida en que cada persona las ejercite desde temprano en la vida. El sitio ideal para hacerlo: el colegio.
Al entrar en una clase llama la atención la disposición de las mesas. Las aulas están organizadas para generar una dinámica innovadora en la educación: la de trabajar de forma colaborativa.
Desde la entrada de una alumna a Alegra, en sus clases de Early Years, hasta el momento de su graduación, el aprendizaje individual y la aproximación de “difundir” el conocimiento tradicional juegan un rol muy importante. Sin embargo, a su vez es esencial la capacidad de desarrollar los rasgos de la personalidad que se generan solo en el aprendizaje “peer-to-peer”, de compañera a compañera, y con la interdependencia positiva entre alumnas.
Un ejemplo de este tipo de actividad la observamos hace unos días en Year 1, los alumnos están aprendiendo a separar sílabas en su clase de Lengua. Para ello se colocan en sus mesas, trabajan por equipo y en parejas, sentados en L o en T. Miran una imagen, dicen la palabra y al ritmo que indica la profesora, juntan los cubos según la cantidad de sílabas. Ocultan del resto el resultado y al momento lo enseñan a su compañero con el que han sido asignados, si hay alguna dificultad el compañero hace notar que hay una diferencia, seguidamente, lo enseñan todos a la profesora.
De esta forma, se aprende a contrastar la información desde pequeños y se aprende el valor del apoyo de unos a otros a la hora de aprender y desarrollar una nueva actividad. La disposición de las mesas ayuda además a que la comunicación entre alumnos sea transparente y que además sepan respetar el espacio compartido con otros.
En Primaria, a su vez, también las mesas han crecido a la par de las alumnas, los escritorios también se ordenan para que sean capaces de trabajar proyectos en conjunto. En la clase de Lengua de Year 6 nos adentramos para descubrir cómo aprenden sobre los Determinantes. Se organizan las alumnas por equipos de trabajo y diseñan entre todos una Rayuela que muestre ejemplos de tipos de Determinantes: demostrativos, posesivos, etc.
Victoria de Year 6 nos dice “Aprendemos a trabajar con todas y a socializar”, porque no sólo hacen un boceto sino que juntas lo llevan a la realidad, salen de la clase, van al patio y el esquema lo llevan al suelo pintándolo con tizas y luego jugando a saltar dentro de la rayuela de los determinantes correspondientes.
En Secundaria, el hábito del trabajo colaborativo se consolida aún más y las alumnas cuentan con mesas modulares que se ajustan para crear un círculo o semicírculo de trabajo en equipo. Así la clase no solo es dinámica por quienes la componen, sino que el sustrato material también lo es.
En PAI1, por ejemplo, las alumnas han estado trabajando individualmente en investigar sobre “Familias léxicas y campos semánticos”, el fruto de la investigación debía reflejarse en un poster con un texto expositivo a entregar en físico. A pesar de que el trabajo de las alumnas era individual, se fomentaba en clase a compartir información en equipos de trabajo para lograr cada una determinar qué información es relevante y cuál no para exponer en su texto.
Así las alumnas se convierten en protagonistas de su educación, en vez de depender netamente del conocimiento que la profesora imparta, esta sirve de guía a la dinámica de grupo y resuelve dudas generales mientras refresca cierta ideas principales. Clara, una alumna de PAI nos ha dicho que al trabajar de forma colaborativa «lo haces más a gusto porque puedes compartir con las demás».
Luz, otra alumna de PAI refuerza una de las ideas más importantes de por qué es valioso el trabajo colaborativo, nos ha dicho que de esta forma “no sólo tenemos la información que hemos conseguido cada una, así podemos tener distintos puntos de vista”.
Justamente de esto se trata, de conseguir el aprendizaje a la vez de que se desarrolla lo mejor de cada una en el proceso.
Justamente de esto se trata, de conseguir el aprendizaje a la vez de que se desarrolla lo mejor de cada una en el proceso.
El Aula de Desdoble, con sus mesas rotativas características, es otro ejemplo clave de un ambiente ideado para desarrollar la creatividad y potenciar el trabajo tanto individual como colaborativo. En este aula, hace unas semanas, las alumnas del Programa del Diploma mantuvieron una Master Class sobre técnicas de debate, con un invitado especial de la Universidad Francisco de Vitoria. El espacio, amplio y dinámico fue el escenario perfecto para exponer sus ideas y poder alimentarse además de las ideas de cada una de sus compañeras de clase.
Espacios pensados para dar más, para colaborar mejor, son espacios completamente Alegra.