Un día en Lower Nursery

A partir del curso 24-25, tendremos dos aulas de 2 años. De esta manera, los más pequeños podrán disfrutar de una clase más para estar en un entorno de inmersión en inglés de forma progresiva y prepararse de la mejor forma para su vida escolar. Descrubre las rutinas del aula de 2 años.

Rutinas y autonomía
A esta edad el objetivo a conseguir es que los niños adquieran hábitos y rutinas que les haga cada vez más autónomos. Se acostumbran a rutinas sencillas pero cargadas de importancia para ellos: quitarse el abrigo, colgarlo en su sitio, dar los buenos días, sentarse en su sitio… Ser autónomos les da sensación de triunfo y ese tipo de triunfo a esa edad les ayuda a conseguir una sana autoestima. Además, el hecho de estar en clase y relacionarse con otros niños es muy beneficioso. El niño gana en seguridad y autonomía más rápido y mejora su desarrollo neuromotor y lingüístico, comenta Belén Aguirre, profesora de Lower Nursery.

Circle time en Lower Nursery (aula de 2 años)
Tras un tiempo de introducción a la clase en el que se quitan el abrigo, eligen la actividad que más les guste y preparan la clase, los niños se colocan en círculo en su sitio asignado y comienza la clase. Rezan y pasan lista:

• «Good Morning Catalina!», le dice la profesora a la niña mostrándole su nombre a la niña.
• «Good Morning!», contesta la niña saludando con la mano.

Catalina acaba de dar el primer paso para leer y escribir en el futuro 😉

Hoy toca vocabulario de invierno. Los niños tienen que adivinar qué palabra es la que aparece en la ficha que tiene escondida la profesora. Es un juego muy sencillo pero a ellos les hace reír: ¡Snowman, scarf, gloves…! Todos repiten las palabras cada vez más rápido.

Más tarde salen al patio a una zona separada del resto de alumnos “mayores”. En el horario del día, después del patio tienen Neuromotor, materia básica no solo para su desarrollo motor sino para el cognitivo y emocional.

La comida en el aula de 2 años es a las 12 y aquí también continúan aprendiendo. Sentados en una zona especialmente preparada para ellos y ayudados por las profesoras, aprenden a comer solos.

Tras la comida, los niños vuelven a su clase y se preparan para la siesta. A esta edad, la siesta repercute directamente en su aprendizaje y su desarrollo y les ayuda además a mejorar el aprendizaje puesto que en ese momento de descanso, el cerebro puede asentar los nuevos conceptos que han aprendido durante la mañana.