“Perdí manos y pies pero sé que con cabeza, coraje y corazón no existen los límites”
La última sesión alumni con Sarah Almagro fue todo un regalo para los que pudimos asistir. La surfista compartió su testimonio de sus últimos 5 años, una historia de superación, valentía y amor por la familia.
A los 18 años la vida de Sarah cambió para siempre. Tuvo una septicemia provocada por una meningitis y tras estar días en coma, los médicos se vieron obligados a amputar manos y pies. A pesar de ello, Sarah no se dió por vencida, 5 años más tarde está estudiando derecho y ha conseguido ser una deportista de élite. Es campeona Mundial, Europea y Nacional de surf adaptado en la categoría PS-P2.
Las 5 lecciones de Sarah Almagro para apuntar:
- Tolerancia a la frustración
Tu mayor enemigo es tu cabeza. A lo largo de mi vida me han dicho muchas veces “esto no lo puedes hacer” y siempre lo he tomado como un reto. - Aceptación
Para que los demás nos acepten, primero es necesario que nos aceptemos nosotros mismos, saber cómo somos y conocer nuestras limitaciones. ¡No somos perfectos!
- La importancia de las cosas pequeñas
Hoy en día, pensamos que lo importante y lo que necesitamos son las cosas más caras, la última moda, el último bolso, la última versión de consola… y lo que de verdad necesitamos y nos hace libres son las cosas más simples, los detalles pequeños. Yo disfruté como nunca de la primera ola que me rozó el cuerpo tras todas las operaciones. - Vida saludable
Es esencial llevar una vida saludable: Comer bien, hacer deporte y lo más importante: ¡mantener ocupada la cabeza! - La importancia de la familia y los amigos
” MIs padres no me han permitido decaer, me han ayudado a superarme cada día no poniendomelo fácil. No hay que sobreproteger a los hijos, no nos tienen que dar todo, nos tienen que enseñar a ver que las cosas cuestan y que la única forma de conseguirlas es con esfuerzo y paciencia. Les debo todo a mis padres porque me han enseñado el valor del esfuerzo, no me han dejado sola, me han protegido pero nunca me han victimizado, todo lo contrario. ¡Me han hecho fuerte!”
Su familia es su fortaleza, su madre Silvia la acompaña a todas partes, su hermano fue el primero en ofrecerse en donarle un riñón aunque finalmente fue su padre quien lo hizo. “Gracias a mi padre puedo beber hasta un litro de agua al día, algo impensable antes de la operación”. Y sus amigas son un pilar muy importante, “Me he dado cuenta de lo que es la verdadera amistad. Los buenos amigos son aquellos que te acompañas en los buenos y en los malos momentos, pero sobre todo en los malos”.
¡Gracias Sarah por tu testimonio y tu generosidad por compartir tu historia con todos!
