
Marzo 2022
“Buenas noches”
Es fácil presuponer que con ese feliz deseo de buenas noches, se despiden los hijos adolescentes de sus padres y los padres de sus hijos, al finalizar la jornada y llegar la hora de acostarse. Así, después de un día probablemente de trabajo, los hijos ponen rumbo a su habitación con el fin de descansar y dormir. Lo que permitirá un saludable nuevo día. Ahora bien, ¿tienen intención de dormir? ¿lo hacen? ¿cuánto duermen? ¿es su sueño reparador?
¿Cómo pasar de “buenas noches” a “felices sueños”?
No pocas veces la expresión y el porte de esos hijos adolescentes en las clases matutinas, revela que ese sueño quizás no haya sido todo lo reparador que debiera. Una cierta inexpresividad, una mejorable asertividad y una desmotivación generalizada a primera hora de la mañana remiten a un mal despertar quizás causado por un descanso nocturno insuficiente. Son síntomas cuyo diagnóstico es prácticamente lineal y cuya solución está al alcance de cualquier padre, no siendo extremadamente difícil ponerle remedio. Se trata de acompañar, ese deseo de buenas noches, con obras que lo traduzcan en un augurio de felices sueños. Pero ¿cómo pasar de “buenas noches” a “felices sueños”?
Sobran estudios acerca del uso nocturno del móvil por los adolescentes, que además de restarles horas de sueño y, en no pocos casos, desvelarles, no solo deteriora la calidad del sueño sino su calidad de vida despierta. Por no recordar que, en esa etapa de crecimiento adolescente, el buen desarrollo cerebral enfatiza la importancia del descanso nocturno. La luz del móvil afecta al sueño, el sonido de los mensajes también, la tentativa de navegar es muy real para cualquiera y más para una adolescente cuyo mundo virtual es probablemente mayor que el de un adulto y, por tanto, más premioso. Es decir, puede que ese andar renqueante matutino tenga, en la mayoría de los casos, una causa clara y una fácil solución: teléfono móvil fuera de la habitación. Y si el problema es el despertador, siempre se puede recurrir a un despertador a la antigua usanza, en plan vintage, que también tiene su gracia.
El escenario del verdadero descanso
El necesario descanso nocturno de los hijos es un potencial de saludable crecimiento que conviene asegurar. Crecimiento en salud física y en salud emocional que hará posible la lucha positiva por ser mejor. El rendimiento escolar será mejor. La motivación será mayor y más natural ejerciendo su papel facilitador para atreverse al esfuerzo. El carácter será más templado porque se encontrarán mejor y estarán en condiciones de dominar el temperamento y así sucesivamente. Todo ventajas.
Asumamos que la educación familiar de hoy en día ha de contar con la tecnología. Con esta buena costumbre de dormir lejos del móvil les estamos educando en el uso responsable del mismo, no les decimos que el móvil es malo, les decimos que es necesario dormir. Y si además, hacemos de esta regla, una costumbre familiar de la que también adultos y padres participamos y dejamos el móvil fuera de nuestro alcance en un sitio común, mejor que mejor, pues el buen ejemplo educa más.
Así, tras ese “buenas noches” con el que empezábamos, asegurando un “felices sueños”, llegaremos a ese saludable y beneficioso “buenos días”.
– Inés Somolinos